ALEX PUIG

Movimientos de barrio: organizaciones vecinales de apoyo mútuo.

Barcelona, nexo de unión entre culturas y movimientos sociales, sigue su transformación hacia una ciudad más justa e igualitaria. Aun así, el turismo masivo, la gentrificación y la falta de oportunidades han transformado la ciudad en un lugar en donde la precariedad y los problemas sociales se manifiestan a plena luz del día.

El alcoholismo, el sinhogarismo, el crimen organizado o el trabajo precario son algunas realidades que, con la pandemia, se han visto multiplicadas en el entramado social.

De La Barceloneta hasta Bellvitge, pasando por los distritos más céntricos, los retos a los que se enfrenta cada barrio son cada vez más complejos. Y es que, cuando las instituciones fallan, los problemas brotan de manera imparable. No obstante, el poder organizativo de las comunidades vecinales y los colectivos de barrio han conseguido frenar, en numerosas ocasiones, el avance del incipiente individualismo de las ciudades. El poder organizativo de los vecinos de Barcelona es un claro ejemplo de ello.

Ya sea para denunciar el turismo masivo, la falta de equipamientos sociales o los desahucios, los vecinos de cada barrio, organizados en asambleas y sindicatos, trabajan sin descanso para paliar los efectos de la precariedad y promover la solidaridad entre la ciudadanía .Y es que las ciudades son para quién las habita, como repiten siempre desde las asociaciones. Este foto reportaje representa una aproximación a esa capacidad organizativa de los barrio que, ya sea parando desahucios o prestando ayuda a las personas sin hogar, ofrecen soluciones reales para las personas en situación de exclusión social.

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